Preguntes: Escola
Frederic Mistral-Tècnic Eulàlia
Respostes: Rita Ponce de León
1.
¿En qué momento
decidiste dedicarte profesionalmente al arte?
A
mi entender, es posible que la profesionalización del arte resulte contraproducente
porque los tiempos para crear no coinciden siempre con las lógicas laborales
más convencionales que exigen al artista definirse, producir y vender, competir
y casi nunca detenerse. En términos prácticos soy una profesional del arte (me
gradué de una escuela donde estudié la carrera de artes visuales y trabajo en
ese terreno) y mi decisión se dio, como para otras personas, cuando opté por
estudiar en la universidad. Sin embargo, no puedo rastrear desde cuándo me
considero artista porque tal vez, en el fondo, no me ha resultado importante
definirme como tal sino encontrar una manera de indagar en la realidad. Al fin,
uno sigue cambiando y cambiando y reconfigurando qué es lo que está haciendo
más allá de las categorías.
2.
¿Dónde trabajas tus
proyectos? ¿Tienes un taller? ¿Cómo es?
Trabajo
mis proyectos en mi cocina. En general me gusta habitar espacios pequeños y
sencillos y no acumular mis obras en casa o en el taller. Cuando me aburro de
mi espacio, trabajo en bibliotecas (que luego resulta que poca gente usa) hay
muchas en la ciudad. Antes tenía un taller, pero me di cuenta que trabajo mejor
en la mesa de mi cocina, haciendo planes y dibujos. Igual en mi casa tengo un
espacio al que llamo taller pero no lo uso tanto como la cocina. Generalmente,
las instalaciones grandes las busco hacer en otros lugares que me sirven por
épocas.
En
mi espacio de trabajo hay una mesa, pequeños bocetos pegados en la pared,
pinceles y papeles, libros que leo cuando trabajo y la computadora.
3.
¿Tu obra es
reconocida en México?
Creo
que sí reconocen mi labor aunque por mucho tiempo he trabajado fuera de México
y por aquí casi nadie sabía en qué andaba.
4.
¿Las ideas te vienen
por sí solas o trabajas para buscar la inspiración?
Trabajo
bastante y luego al vagar, llego a conclusiones emocionantes que después
encuentro incompletas, lo que me lleva a continuar. Trabajo muy cerca de otros
también y en el convivir aparecen muchas ideas que me dan sentido, en general.
5.
¿Por qué en la
exposición del Espai 13 te basaste en la vida de tu amiga y no en la
tuya o en la de algún otro conocido?
Decir
que trabajé acerca de la vida de mi amiga es cierto y es una manera práctica de
describir un proceso que tiene muchas capas. Lo hice en un plano personal, para
acercarme a ella, porque le tengo cariño, pensé en crearnos un regalo a ambas.
Eso es de mi interés muy personal pero quien quiera es bienvenido a preguntar
por este aspecto.
Por
otro lado, siempre trabajo simultáneamente sobre mí misma, no puedo evitarlo,
me leo en todo lo que hago. Aparecer en mi trabajo es una consecuencia de
trabajar sobre otros, no lo busco directamente. Si me refiero a mí en mis obras
es para servir de puerta para algo que no me pertenece a mí sino a todos. A
veces encuentro cosas buenas, otras veces me sorprendo para mal al ver que no
puedo salir de ciertas recurrencias. A su vez, trabajo sin sentido porque si me
ciño demasiado a una premisa, no encuentro ninguna diversión, me es necesario
tener límites claros dentro de los cuáles vagar casi absurdamente para llegar a
las ideas. Por ejemplo, una escena común en mi cocina, es mover mi cuerpo para
encontrar imágenes. No sé qué es lo que hago realmente, me acuesto, me paro,
muevo la cabeza, los brazos y allí me encuentro, encuentro las imágenes que
literalmente me mueven y confío plenamente en que vale la pena compartirlas.
6.
El vídeo también hace
referencia a la vida de tu amiga, ¿qué representa?
Hay
dos videos. Uno, en donde se ve mi brazo, sosteniendo una vara que tiene dos
fotos de personas, una en cada extremo. Para mí ese acto me hizo pensar en las
relaciones humanas en constante movimiento, en equilibrio, por las fuerzas que
nos trascienden. Eso fue lo que yo pensé pero puedes tú pensar cualquier otra
cosa. El otro video lo hice con Laura, una amiga con la que hacemos videos ya
desde hace un tiempo. Pusimos objetos pequeños sobre una mesa con tierra y
jugamos a intercambiarlos o a simplemente cambiarlos de lugar. Pensábamos en
cómo materializar una conversación, un ir y venir de ideas que componen un todo
que cambia.
7.
¿Cuál era el
propósito de la exposición? Por qué decidiste que se pudiesen tocar las piezas?
Es
extraño hablar de un propósito en el arte. Si existe un propósito existe buen y
mal resultado con respecto a ese propósito. En el fondo, puede que hasta en la
ciencia se espere más la sorpresa que lo esperado. En este caso, no hay buen y
mal resultado. Aunque parezca que las exposiciones anuncian certezas, no creo
que este sea mi caso. Es un paso de muchos en la investigación sobre cómo nos
vinculamos las personas, entre nosotros y a través de las cosas. Si la gente no
hubiese tocado ni movido nada, aún así estaría bien pues me haría entender que
esa necesidad (mover las cosas, relacionarlas) no existen, no les son
importantes. O, podría entenderse también que la relación con la institución
les pesa, que el museo les inhibe. Lo menciono imaginando esas ideas. Todo eso
significaría un aprendizaje para mí. No sucedió así, las personas reaccionaron
antes los objetos y el espacio. Eso, fuera de todo propósito, me da gusto
naturalmente porque quiere decir que hay interés, curiosidad o que hay
necesidad por vivir ese tipo de experiencia vinculante.
8.
¿Has conseguido lo
que querías que hiciesen los visitantes de esta exposición?
La
respuesta anterior responder a esta, me parece.