dilluns, 16 de desembre del 2013

INSTITUT BERENGUER IV. EXPOSICIÓ ORIOL VILANOVA


Dentro de nuestra colaboración con el proyecto MMS, hemos inaugurado este curso 2013-2014 con la visita anual a la Fundació Joan Miró, esta vez para asistir a la exposición Davant l’horitzó, y también al Espai 13, atendiendo a la instalación de Oriol Vilanova. Para muchos de nuestros alumnos de 1º de Bachillerato Artístico era su primera experiencia museística, puesto que los de 2º ya estuvieron presentes el año pasado en la muestra El llegat de Pollock.
La mañana comenzó con una interesante introducción por parte del comisario responsable de la serie de exposiciones que, bajo el título general Arqueologia preventiva, organiza la Fundació para este curso. Oriol Fontdevila, el comisario, indujo a los alumnos a un curioso ejercicio metafórico sobre la significación de aquello que estaban a punto de ver, poniéndolos en guardia ante la «rareza» de la obra del artista y adentrándolos, en un bautismo de fuego, casi iniciático, en un tipo de discurso artístico que hoy en día suele acompañar necesariamente a la obra. El hecho de ver a los alumnos in situ, ante un profesional del panorama artístico, fue desde luego una impagable experiencia casi extra sensorial. Para rematar, el descenso a las catacumbas de la Fundació estaba sembrado de claves, que bajo la tutoría del comisario, los alumnos debían solventar; claves icónicas, espaciales y sonoras. Interesantísimo pues el reto que más tarde, en los días posteriores, hubimos de explorar en las clases, en debates con los que intentamos dilucidar nuestras propuestas para el primero de los ejercicios, Perfils, del MMS. La complejidad conceptual de la propuesta de Oriol Vilanova, produjo una suerte de extravío general en los diferentes enfoques del asunto, extravío que, como suele ocurrir, va perfilando sus resultados muy poco a poco, pero a menudo con ideas por parte del alumnado descabelladamente sorprendentes: esperamos en breve mostrar unas cuantas de ellas en nuestro blog.
Por otro lado, la visita a la exposición Davant l’horitzó relajó un tanto los ánimos, pues nos enfrentábamos esta vez a una muestra, comparada con la anterior, tradicional, a pesar del eclecticismo temático de las obras. Los alumnos ya iban avisados, pues habían trabajado en clase a algunos de los artistas representados, con lo que, por primera vez, tuvieron ocasión de paladear su cercanía (fantástico poder ver a Christo en el audiovisual, montando su famosa muralla de tela), comprobando que un autor y su obra son otra cosa que un nombre y una foto en un manual de Historia del Arte.
Gracias de nuevo a la Fundació Joan Miró por hacernos tan fácil nuestra toma de contacto con ese mundo siempre sorprendente.